martes, 25 de noviembre de 2014

la Cara del Moro

Uno de los monumentos más representativos de la ciudad de Alicante es el Castillo de Santa Bárbara, que se erige sobre el Monte Benacantil. A sus pies se desarrolla toda la vida cotidiana en una ciudad que guarda muchas sorpresas para quienes se atreven a mirar un poco más de cerca.

Subir al Castillo de Santa Bárbara te da una perspectiva de la ciudad diferente, desde allí arriba puedes ver Alicante en los 360º; y las vistas a la playa y el mar Mediterráneo son maravillosas. En días despejados incluso puedes divisar Tabarca.

No obstante, lo más curioso del Castillo no es la fortificación en sí misma, sino la imagen que se adivina en la roca sobre la que se alza y que es conocida por todos los alicantinos como "La Cara del Moro".



Según la leyenda, esta imagen no es fruto de la caprichosa naturaleza, sino que responde a una trágica historia de amor:

"El Califa que gobernaba la ciudad tenía una hija llamada Cántara de una belleza sin igual. Una gran cantidad de pretendientes llegaron a la ciudad a pedirle al Califa la mano de la joven, pero entre todos ellos sólo dos destacaron: Almanzor y Alí.

Almanzor era un gran general que ha pasado a la historia, procedente de Córdoba y conquistador de Zamora, Barcelona, Santiago.... Sin embargo Alí era un joven noble guapo, con bastante labia y encanto.

El Califa no supo decidirse, por lo que decidió proponer a los pretendientes una prueba, de manera que el primero en llevar a cabo una gesta que fuera de su agrado se llevaría la mano de la bella Cántara.

Así, Almanzor partió hacia la India a por sedas y especias, abriendo así una ruta comercial con el Lejano Oriente. En cambio Alí escogió un trabajo igualmente duro pero intencionadamente cerca de su amada: quiso abrir una acequia que trajera aga a la ciudad desde la zona de Tibi.

Las obras de la acequia empezaron con buen pie, pero finalmente se retrasaron y no pudo finalizarla puesto que Alí comenzó "festear" a la princesa, a cortejarla y escribirle poemas, consiguiendo que ella cayera a sus pies.

Al regreso de Almanzor, éste había cumplido con creces su misión, ya que trajo un barco cargado de especias y ricas telas para el Califa, quien, satisfecho, le dio la mano de su hija al trabajador muchacho.

Cuando Alí conoció que su amada iba a ser entregada a otro hombre, desesperado se tirí por un barranco. Al caer al fondo del abismo la tierra se abrió milagrosamente y brotó el agua de la montaña, llenando la actual presa de Tibi.

Cántara al enterarse decidió seguir el ejemplo de su amado y se tiró por uno de los barrancos de la Sierra de San Julián, conocido desde entonces como el Salt de la reina mora.

El Califa, habiendo perdido a su hija predilecta, cayó en una tristeza tan profunda que acabó muriendo de pena. Al cabo de poco tiempo, su triste perfil apareció tallado en lo alto del monte Benacantil y la corte sarracena, impresionada por esta historia, decidió cambiar el nombre de la ciudad por Alicante, para conseguir que los dos amados permanezcan unidos, aunque solo sea por su nombre, para la eternidad."



Os dejo una foto maravillosa de nuestro Castillo de noche, impresionante. 



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