miércoles, 29 de octubre de 2014

Una simple nota....

.... con unas simples palabras pueden hacer aparecer en ti una enorme sonrisa que dure todo el día.

No subestimes el poder de un pequeño gesto.

lunes, 6 de octubre de 2014

¿Qué quieres que haga....

... si a mí estas cosas me afectan?

Cada persona somos un mundo. Con su forma de entender el mundo, con sus sentimientos, con sus principios, con su manera de afrontar las cosas.

Y eso no quiere decir que unos sean mejores que otros, o que sean más fuertes. Porque lo de la fortaleza... depende de qué entiendas tú por ser fuerte.

Ante una misma situación hay quienes pasan página y punto. Ni un sentimiento de rabia, ni de impotencia, ni malestar, ni nada. Sin embargo a mí... me pasa de todo. Lloro, me enfado, me decepciono, vuelvo a llorar, siento que han jugado conmigo, me pongo nerviosa, me siento culpable, luego vuelve la rabia.... Y no puedo evitarlo.

¿Y qué hago si a mí estas cosas me afectan? Es lo que le decía a una amiga hace unos días. ¿Qué hago? No lo puedo evitar.... mi cuerpo reacciona así. El malestar de tantos meses ha tenido que salir así, mi estómago ha sido esta vez quien se ha encargado de sacar todos los sentimientos acumulados durante tanto tiempo.

A mí, cuando las personas me han importado, ese tipo de cosas me afectan sobremanera. Siempre lo digo, y siempre lo he escrito en este blog, para mí las personas son buenas por naturaleza. Y cuando me relaciono con la gente lo último en lo que pienso es que me están utilizando. Por eso luego me pasa lo que me pasa. Que cuando en mi camino se cruza alguien que sólo ve en tí una oportunidad, un aprovechamiento, un interés, y después de cierto tiempo se descubre el pastel... me decepciono y me hace daño. La decepción y  el dolor aumentan de manera proporcional al cariño que le tenía a esa persona. Y cuanto más cariño (y por tanto más decepción), más rabia siento por ser tan idiota de confiar tanto en alguien que luego paga con esa moneda.

Ahora le encuentro cierto sentido a una frase que me marcó: "Aún tienes que salir del cascarón".

¿Y si no quiero salir? No por miedo, yo no le tengo miedo a nada. No por comodidad, a mí me gusta el movimiento. Quiero seguir en el cascarón si eso significa seguir confiando a pesar de personas como tú, porque aún estas cosas que me pasan estoy orgullosa de mí, de mi manera de ser y sentir. Cuando hago las cosas, las hago sinceramente, sin buscar un algo más.



En otro orden de cosas, finalicé una etapa. Creo que ya me he descolgado de ciertas cosas tóxicas, aunque seguramente seguirán revoloteando de vez en cuando por aquí cerca.