miércoles, 21 de marzo de 2012

Hoy me apetece hablar sobre mis sentimientos

Sí, porque nadie me lee, ni me sigue, pero no me importa, ya que este espacio lo creé para mí misma, aunque en segunda línea se encontraba mi objetivo de intentar informar sobre ciertas cosas de la actualidad, intentar dar una opinión y hablar sobre temas que fueran sugiriendo mis seguidores, ya que me hubiera gustado crear una suerte de espacio de todos, donde todos pudiéramos contribuir. Hasta que eso pase, seguiré esforzándome por mantener este blog más o menos al día.
Como decía, hoy voy a escribir sobre mis sentimientos. Porque llevo unos días, bueno, voy a ser sincera, llevo varios meses dándole vueltas a la cabeza. Durante años he pensado que todo iba bien, que había confianza, que éramos grandes amigas, que de verdad le interesaba aquello que me pasaba, que le contaba, que realmente se alegraba de mis logros y que sufría con mis fracasos. Como así lo he hecho yo sinceramente con ella. Y como otras lo han hecho conmigo y yo con ellas. De todas, ella ha sido la única que no ha seguido el contacto, una vez nos hemos separado en espacio. Pensando mucho, y hablando con las otras personas afectadas, llegué a la conclusión que estaba pasando con todas por igual, que no había casi ningún tipo de contacto, y que el que había siempre era por parte de nosotras.
En las reuniones de las amigas, hablábamos sobre esta cuestión, y sobre otras accesorias, pero cuyo eje era aquella que se había alejado de nosotras. Nunca llegábamos a una conclusión a cerca de qué habría podido pasar, que habríamos podido hacer… o no hacer para haber llegado a esta situación(es). Así que poco a poco esta persona fue desapareciendo de nuestras conversaciones, porque para qué, si hablar de ello solo nos hacía daño y nos entristecía, porque lo que habíamos vivido y lo que sentíamos por ella, según creíamos (y creemos) no era percibido de la misma manera por ella. Así que lo dejamos estar.
No voy a contar aquí todas y cada una de las decepciones que he tenido (y por lo que se, las demás también), ni siquiera voy a contar una, porque si nos decepcionamos es porque esperamos demasiado de una persona. He de confesar, que al principio me enfadaba muchísimo, porque no entendía qué pasaba. Pero poco a poco el enfado desaparecía y afloraba un sentimiento de tristeza acompañado de una decepción que, acto tras acto, disminuía en intensidad.
Al mismo tiempo, las demás me han demostrado que siguen estrechando el lazo que tenemos, cuando una afloja, las otras tiramos y enseguida reaccionamos. No sé cómo explicarlo sin contaros trocitos de nuestras vivencias, pero el que tenga un amigo verdadero, de esos que te hacen reír cuando te ven llorando y con el moco colgando, de esos que te llaman cada semana, aunque no tengan nada que contar solo para hablar contigo y escucharte, para decirte hola, como te va… seguro que me entiende.
Después de esta decepción puedo valorar mucho más (aunque ya lo hacía) lo que sigo teniendo. Me he dado cuenta de lo importante que es "regar" la amistad. Porque estoy segura que lo que ha pasado es precisamente eso… por diversos malos entendidos, o meteduras de patas de ambas partes, o no se… simplemente dejadez, se ha muerto algo que creíamos que seguiría vivo durante muchos años. Reconozco que en las ultimas semanas yo también he podido tener culpa, pero no me siento la total responsable de lo que ha pasado, porque por mi parte jamás ha habido dejadez, siempre he intentado estar pendiente y al corriente. Pero lo cierto es que una se cansa de ser la que tire y tire del carro… y sí, me cansé, porque vi cosas que no me gustaron, y porque he llegado a un momento en mi vida en que he aprendido que no puedes ser tan tonta como para que estén burlándose de ti cada día y cada minuto. Tenemos la oportunidad, dentro de unos días, de hablar con esta persona. No se si saldrá el tema, o nos dedicaremos, como casi siempre hacemos, a actuar como si nada hubiera pasado (y esa es la cuestión, que no ha pasado nada). No sé qué pasará, no sé si quiero que pase algo. Solo se que no me siento bien con respecto a esta persona y también se que no conozco la razón de este sentimiento tan negativo.
Hoy como con una de esas grandes amigas que ha decidido no perder lo que tenemos, igual que lo he decidido yo. Ayer llamó a mi casa, y con su voz tranquila y alegre me dijo que si me venia bien, comíamos hoy juntas. Ella casi no tiene tiempo para salir a "desconectar" y que haya querido hacerlo, y hacerlo conmigo me dice mucho. No me lo pensé, para pasar un rato con mis verdaderas amigas y hablar de nuestras cosas, siempre tengo tiempo, siempre me viene bien.
Tengo ganas de verla. :)