Ayer fue un muy buen día para mí.
No sólo se anunciaba la retirada de la contrarreforma de la
ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo
(llamada ley del aborto), sino que la persona que inició la misma con un
proyecto que atentaba sin escrúpulos la inteligencia de las mujeres también
dimitió. Y se va del Gobierno. Y es como si un peso de encima me hubieran
quitado.
El señor Gallardón empezó con mal pie desde el principio:
ley de tasas judiciales. Esas que instauraron para reducir la litigisiosad,
aduciendo el ministro que, de esta manera, la gente que va al juzgado “por aburrimiento”
ya no lo haría ante el coste adicional (como si Abogados y Procuradores regaláramos
nuestro trabajo, que casi…) y de esta manera se desatascarían los tribunales. También
dijo que lo recaudado con las tasas se destinaría a financiar la justicia
gratuita. Pues señor ex – ministro de justicia, ni lo uno ni lo otro. Ha bajado
la litigiosidad, pero no por el motivo que usted aseguraba, sino porque los
clientes no pueden pagar unas tasas desorbitadas; y la justicia gratuita sigue
tan precaria para los profesionales que trabajan en ella como siempre.
Pero no contento con esto, lleva a cabo otras proposiciones
que atacan directamente a la abogacía. Una de ellas, propone una medida que
supone que va a suponer la panacea para desatascar los juzgados de familia. Propone
que los notarios puedan divorciar y separar y llevar a cabo la liquidación del régimen
economico matrimonial. Así mismo, pretende dar competencia a los notario para
que casaran (mi opinión sobre esta medida ya la di en este mismo blog, y se
puede resumir en: ¿casar?, bueno… vale; ¿divorciar? Nunca).
También la ley que prevé la desaparición de los colegios
profesionales y por tanto la no obligatoriedad de colegiación para algunas
profesiones. Entre ellas Abogados y Procuradores. No voy a negar que supondría
un desahogo economico importante para algunos que, como yo, no tenemos ingresos
fijos y por tanto las cuotas colegiales son difíciles de satisfacer, pero no
hay que dejarnos llevar sólo por el aspecto económico. Que la colegiación no
sea obligatoria podría implicar el aumento del intrusismo en nuestra profesión.
Personas “enteradillas” que lo saben todo gracias al tío Google se creerían
preparados para asesorar a quien lo necesitara, y habrá quienes incluso
llegaran a defenderlos en juicio. Aberrante. Como si no tuviéramos suficiente
con el libre mercado y la competencia feroz en los honorarios, como para aguantar
que cualquiera pueda ejercer nuestra profesión (para que los demás nos hemos
preparado debidamente) sin control de nadie sobre los requisitos que se
necesitan para hacerlo.
Y reforma de justicia gratuita, para eliminar supuestos y
establecer límites al ejercicio de este derecho. Quien esté en situación de
beneficio de justicia gratuita, sólo podrá hacer uso del mismo en tres
procedimientos al año. No me pondré a explicar aquí porqué opino que esto es
una soberana tontería, porque tiene más miga de la que creemos.
De la reforma del aborto, ya no quiero hablar, porque ya se
ha retirado, y es lo mejor que ha podido hacer el gobierno. Dicen que es porque
no ha habido consenso, pero ¿cuándo le ha importando al Gobierno el consenso? Si
hasta ahora han legislado a golpe de decreto y sin escuchar al resto de grupos
parlamentarios. Para mí que la retirada de esta reforma tiene más fines
electorales que otra cosa. Pero sea la razón que sea la que haya llevado a la
retirada de la retirada de la ley de reforma del aborto, es una buena noticia
para las mujeres, que van a poder seguir decidiendo sobre su maternidad, y
sobre todo, las mujeres embarazadas que se estén planteando interrumpir su
embarazo van a seguir siendo tratadas como sujetos de derecho, con opinión
propia, y capaz de valorar su situación, identificar sus deseos y sentimientos
y tomar decisiones propias sin necesidad de que nadie las tome por ellas. El
Presidente del Gobierno ha dicho que va a seguir adelante con una medida en
este ámbito, introducir el permiso parental en los casos de abortos de chicas
con 16 y 17 años. Hasta que no lea la medida no puedo opinar.
Por último, la dimisión… ha sido lo mejor que ha hecho por la Justicia en todo este
tiempo. Así dejará de proponer reformas de la Justicia que suponen la
merma de garantías y derechos de los justiciables y todos los agentes que
participamos en este ámbito; y dejará de introducir reformas que llevan a
España por un camino del retroceso en libertad e igualdad, una libertad que nos
costó mucho conseguir, y una igualdad que aún no se termina de conquistar.