jueves, 4 de septiembre de 2014

De lo que descubres...

... y te sorprende

Crees que conoces a las personas y crees que tienes clara la relación que hay entre vosotros, y también intuyes que clase de sentimiento tienen hacia ti. Y resulta que te equivocas.

Esta vez mi equivocación ha sido para bien. No ha sido una decepción, como estoy acostumbrada.

Es mucho el tiempo que pasamos juntos, son muchas las cosas que hemos estado compartiendo. Pero a veces me preguntaba si no era rutina, comodidad. Pero no… porque los pequeños detalles en los momentos más importantes te demuestran que no es la costumbre, que la relación es mucho más profunda de lo que tú te habías imaginado.

Y de repente una avalancha de sensaciones te inunda y te preguntas… ¿en qué momento ha pasado todo esto? ¿Cuándo hemos pasado a tener una relación de auténtica amistad? Pues sabes qué… que no lo sé ni me importa demasiado.

Quizá el que lea esto pensará que lo que hablo son tonterías… bueno… eso dependerá de la importancia que cada uno dé a sus amigos y las relaciones con ellos. Para mí, mis amigos son parte de mi familia, personas con las que puedo contar y a las que puedo pedirles consejo sobre cualquier cosa. Sé que harán lo posible por ayudarme, dentro de lo que esté en sus manos. No me había dado cuenta hasta hace unas pocas semanas de que dos personas se habían incluido poco a poco en mi lista de apoyos imprescindibles.
Lo he descubierto en uno de mis momentos de “distancia”. Ya escribí hace tiempo sobre ello, esas veces en las que una necesita alejarse de lo que está viviendo, de lo que le está pasando, de lo que siente y piensa para mirarlo con un poco de objetividad, desde la “distancia” y darse cuenta de muchas cosas que no contemplas por la rutina diaria. En uno de esos momentos de “distancia” he visto pequeños detalles, algo que podríamos llamar gestos… pero que se producen en momentos importantes, momentos en los que si tu no importaras, no estarías.

Por eso hoy escribo, para terminar de darme cuenta y creerme que dos grandes personas han querido que forme parte de sus vidas. Dos personas cuentan conmigo, y yo sé que cuento con ellos.


Un beso a los dos, aunque no me leais desde aquí. 

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