viernes, 18 de enero de 2013

¿No suena tu teléfono? El mío tampoco

Odio a esa gente que se queja de que los demás nunca hacen nada por ellos, no les llaman, no les consuelan, no les preguntan por su estado de ánimo, no los invitan a salir...

Pero esta gente no se da cuenta que generalmente se recibe lo que se da. Pregúntate si tu has hecho algo de eso por lo que recriminar a los demás.

¿Ahora comprendes?




PD: Son días grises, ventosos, fríos... y no hablo del tiempo.

lunes, 14 de enero de 2013

Obstáculos para la solución de conflictos

    1. Las partes conocen sus propios argumentos pero desconocen los de la otra parte. Se tiende a imponer la versión unilateral del conflicto. La realidad es compleja, por ello las partes siempre tienen parte de razón. 

    2. Con frecuencia se suele identificar a la persona con el acto conflictivo, negando los demás aspectos positivos que posee. 

    3. En los procesos de solución se valora más las pérdidas que las ganancias. Por eso, con independencia del método que se utilice para la solución del conflicto, las partes tienen que sentir que han ganado algo. 

    4. La pérdida de poder e influencia que se genera con el proceso de cambio es un obstáculo para la solución, a pesar de su relatividad, pues el poder deviene de la valoración de las ventajas e inconvenientes concretos. 

    5. La comunicación se reduce y se hace más insegura. 

    6. Se potencia la idea de que la solución implica el uso de la violencia. 

    7. Se general juicio erróneos basados en falsas percepciones: reducción de alternativas, polarización del pensamientos, respuestas estereotipadas e incremento de la actitud defensiva. 

Me parecen ESPECIALMENTE IMPORTANTES la primera y la segunda. No escuchar las razones que la otra parte del conflicto ha tenido para comportarse de cierta manera, así como el enquistamiento del pensamiento de maldad intrínseca de una persona por el solo hecho de hacer, no hacer, decir algo que no nos parece bien, son dos elementos constantes en todos los conflictos que tenemos a diario. Si nos paráramos a pensar el porqué de muchos de nuestros enfrentamientos con otras personas, y analizáramos cómo se han seguido los acontecimientos para llegar al estado en el que nos encontramos, seguramente nos daremos cuenta que al menos esos dos elementos que he mencionado están presentes. Por eso intentaré de ahora en adelante analizar cualquier desencuentro que pueda surgirme con otras personas, e intentar evitar estas dos cosas: obcecarme en que mi opinión es la única correcta y aplicable y que la otra persona desmerece toda mi consideración por lo que ha hecho (todos cometemos errores, ¿y si lo he cometido yo y no el contrario?).

lunes, 7 de enero de 2013

Y de repente... un muro

No sé que ha pasado, pero así, de repente ha surgido un muro entre ambas. Ha sido en apenas unos pocos meses. Me alegro enormemente de tu nuevo estado de ánimo, de tus risas y sonrisas, de tus nuevas miradas llenas de brillo, de tu simpatía renovada y de esa alegría que inunda todos los minutos de tus días. 

No sé si esta pared que parece que nos aleja ya existía antes o si ha surgido sin más. No sé si antes dejabas la puerta abierta porque necesitabas aire. Y no sé si lo que ocurre ahora es que, aunque la pared ahora es de cristal, has cerrado la puerta, echado la llave y entornado la ventana. 

Me alegra poder ver que te sientes mejor, y que ahora empiezas a recobrar la felicidad que tanto te mereces y te merecías desde hace tiempo. Pero no entiendo porqué no te apetece compartirla contigo, no me dejas decirte lo que opino, o lo que siento. No me dejas ni siquiera tocarte al timbre. 

Esperaré, como siempre lo hice. Nunca desapareceré, pero puede ser que la próxima vez que necesites abrir la puerta, yo me haya cansado de esperar en el portal.