jueves, 29 de mayo de 2014

De personas que no ves a menudo

y aún así, cuando te acuerdas de ellas, una sonrisa se dibuja en tu cara.

Hoy me ha pasado eso con una persona a la que hace muchos años a la que no veo y con la que no hablo habitualmente. Pero da igual. No sé porqué, no me explico porqué después de tantos años, de tanto tiempo sin saber uno del otro, cuando de uvas a pera cae un mensaje a través de Facebook, nos respondemos como si acabáramos de despedirnos. Nos hemos conocido poco, casi diría que superficialmente. Pero creo que ese corto tiempo hizo que naciera entre nosotros un enorme cariño, que aún a día de hoy y a pesar de los pesares sigue pululando por encima de nuestras cabezas.

No será un confidente, amigo imprescindible. No seré su gran apoyo para los malos momentos. Sólo somos dos personas que coincidieron un tiempo en un momento de sus vidas, y que ese momento, para uno y otro, ha tenido cierto significado. Sólo queda un bonito recuerdo de esos días, un cariño casi injustificado, y un deseo tremendo de que al otro todo le vaya bien. Al menos, es lo que me queda a mí.

Un día, cuando volvamos a coincidir, que estoy segura, ambos nos alegraremos de vernos. Mientras la vida quiera que esto pase, a seguir disfrutando de lo que nos brinda a diario.



No hay comentarios:

Publicar un comentario