viernes, 11 de julio de 2014

Seguimos restando a la cuenta

Hace unos meses hablaba de borrón y cuenta nueva?

Y comentaba que no borraba la cuenta, que la necesitaba presente para no volver a equivocarme. ¡Qué bien hice!

¿Sabéis eso de creer estar hablando con una pared? O ¿eso de creer que estás afónica porque hablas y parece que no te oyen? O ¿creer que eres imbécil por estar hablando sola?

Pues eso va restando en la cuenta que ya tenía, se va quedando en números rojos. Ha llegado un momento que ya no cabe más y he dicho BASTA. Basta de intentarlo y ver que por la otra parte no hay ni un mínimo de respeto, de civismo, de cordialidad, de amabilidad, de EDUCACIÓN.

Si tu quieres hacer como que no existo y como que no te interesa lo que te cuento, no te preocupes. No te voy a volver a poner en la difícil situación de tener que contestarme a un simple ¿qué tal todo? No te vas a volver a ver en el compromiso de tener que mirarme y hacer como que me escuchas. Y por todo ello te doy las GRACIAS, porque así yo no me sentiré forzada a sacarte conversación, no me veré en el gran compromiso de parecer que me interesas, me has liberado de una carga enorme.

Por todo lo demás que seguía apuntadito en la cuenta, también te doy las gracias, porque has hecho que me de cuenta de tres cosas: de una gran amiga que no sabía que tenía, de lo que me quiere la persona que tengo a mi lado y me defiende con uñas y dientes, y de lo que soy capaz de hacer por esa persona.

Gracias por la experiencia que me das. Lo único que siento es la forma en que estás jorobando la vida de otra persona, pero que cada palo aguante su vela y que cada burro tire de su carro.


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