Estos días están siendo especialmente importantes, no solo para mí, sino para mi entorno, y sobre todo también para la persona con la que comparto mi vida. Estamos realizando cambios en nuestras vidas, en el plano profesional, y me doy cuenta que los apoyos personales, familiares, con los que cada uno contamos son distintos.
Yo tengo a mi familia, que me está animando y apoyando para que de el paso definitivo para ejercer mi profesión. Se interesan por cada trámite conseguido, y me preguntan cuándo terminará lo burocrático para centrarme directamente en lo práctico. Estoy feliz porque ninguno ha puesto condiciones, ni se ha negado a prestar incluso apoyo economico, tan necesario para empezar a andar.
Sin embargo él... siendo su situación peor, no siente ese mismo apoyo. Desde hace 6 años trabaja para una empresa que nunca ha querido hacerle un contrato como manda la ley, unido a las diferentes trampas que han ido llevando a cabo, incluso forzándole a renunciar a sus derechos con promesas de mejoras en el puesto de trabajo. Y todo ello para que en Abril le den las gracias y a tu casa. Ante esta situación se plantea nuevos retos, uno de ellos, emprender. Lanzarse a la piscina, montar un negocio, abrir un mercado nuevo en su zona e intentar ganarse la vida por sí mismo. Ha sido valiente, porque para tomar esa decisión ha rechazado una oferta de trabajo propuesta exclusivamente a él en una importante empresa multinacional. Pues por una parte de su entorno familiar esa decisión no ha sido entendida. Incluso ha sido criticada. Por suerte, la otra parte le ha animado, e incluso le ofrecen apoyo economico y logistico. Pero es con la otra parte con la que convive, y con la que tiene que compartir el día a día.
Como decía al comienzo, los apoyos con los que contamos ambos son diferentes. Yo no siento miedo para empezar a andar, porque me siento arropada, y se que si todo va mal no defraudaré a nadie, sino todo lo contrario. Sin embargo él duda en dar el paso, porque quizá unos tengan razón diciéndole que lo mejor es ir a lo seguro. ¡Qué importante es que la familia te entienda y te de la mano en tiempos de cambios! Desde luego que sí.
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