lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Un circo?

Pienso en las reglas convencionales, en lo que comúnmente llamamos "buenos modales", o reglas de convivencia o usos sociales. Y pienso también en toda la gente que se sirve de esos usos sociales para esconder falsedades e hipocresías. El circo es el argumento estrella que usan aquellos que justifican su actuación conveniente. La vida es un circo, todos reímos o lloramos de cara a la galería, dependiendo del momento de la función en la que nos encontremos. Y en este circo de la vida las normas sociales de buena educación se usan de verdad, o de mentira según nos apetezca o nos convenga, y llega un punto en que las usamos bien o mal "recíprocamente". 

Yo me resisto a pensar que estoy metida en ese circo. Me resisto a sospechar constantemente que el trato que recibo siempre tiene un doble sentido. Me resisto también a entrar en ese juego, a empezar a tratar a los que me rodean según la intención por la que creo que me tratan. Si yo misma empiezo a pensar que todo es un circo, no tardaré en convertirme en payasa, y todos mis valores y principios no servirán para nada. Prefiero seguir dentro del cascarón (según apreciaciones ajenas), y seguir creyendo en la honestidad de las personas hasta que me demuestren lo contrario. Prefiero seguir creyendo en las palabras y mi primero impresión, antes que en suposiciones o sospechas infundadas sobre dobles y ocultas intenciones. Así soy más feliz. Y de esto va la vida, de intentar vivirla lo más feliz que podamos o seamos capaces. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario