miércoles, 4 de diciembre de 2013

Reflexiones

Sí. Ya se que últimamente mi paso por este lugar tiene un carácter un poco negativo. Bueno, mejor dicho, un tanto reflexivo, taciturno, decepcionado. Y no me voy a disculpar ni justificar. Por que creo que toda persona tiene derecho a pensar sobre todos lo aspectos de su vida. 

Quizá en mi estado de ánimo esté influyendo la situación social general. No puedo asegurarlo ni desmentirlo, no lo se. Lo bueno o lo malo, es que mi estado de ánimo me ha permitido comentar ciertas cosas con personas cercanas, y he podido escuchar lo que opinan y sus consejos, que confío que son pensando en lo mejor para mí. Creo que me ha venido bien. Llevaba unas semanas sintiendo cosas pero sin contarlas, sin desahogarme. Dando vueltas a la cabeza sin saber cómo actuar, ni en qué dirección empezar a caminar. No suelo contar lo que me pasa, me cuesta mucho pedir que me escuchen. A veces es necesario, de eso me he dado cuenta en estos últimos días. 

Las palabras de las pocas personas a las que les he pedido opinión me han ayudado. Los consejos no solucionan los problemas, pero ayudan, al menos te hacen reflexionar, en muchas ocasiones te hacen ver que hay más opciones. 

He llegado a la conclusión de que quien quiere puede, y que por muy unidos que hayamos estado a alguien, puede llegar el día en que te des cuenta que quizá lo que pensabas que era amistad no era más que cariño, compañerismo y algo de interés. Me hicieron una pregunta que cambió mi forma de pensar anterior: ¿si te pasa algo muy alegre, o si tienes un problema muy grave... a quién llamarías primero? No tardé ni dos segundos en contestar. Y sólo pronuncié un nombre. Después de tantos años, y sólo puedo pronunciar un nombre. Por una parte me alegro, es evidente por qué. Pero por otra siento tristeza. Esa persona me dijo que sí, que es duro darse cuenta de esas cosas, pero no pasa nada. Es el miedo a aceptarlo lo que nos provoca esa tristeza. Eso no quiere decir que tengas que prescindir de todo lo demás, solo te hace ver con quién puedes contar de verdad. 

Y después de esa conversación lo veo claro. Siempre lo he dicho, las personas somos distintas unas a otras, y tenemos formas diferentes de ver todo lo que nos rodea. Por eso las relaciones (de todo tipo) son tan difíciles. Porque lo que para una es importante, para otra no lo es tanto. O porque se viven de diferente forma y con diferentes significado las relaciones. Y aunque eso, como decía, siempre lo he tenido presente, ahora más que nunca lo veo claro y empiezo a darme cuenta que mi pensamiento es acertado. 

Lo difícil ahora es tomar decisiones. 

Y a eso no te puede ayudar nadie. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario