martes, 14 de enero de 2014

Balones sucios

Después de meses y meses... aún la misma historia. Aún salen a la superficie comentarios, frases y demás puntillas que se suponían solucionadas, borradas y páginas pasadas. Pero parece que eso sólo ha sido así para una de las partes.

Por mucho que se intente, al otro lado hay una pared que no hace más que rebotar los balones que le caen. A veces incluso los devuelve manchados de barro. Y los vuelves a limpiar, y regresan sucios de nuevo. No hay manera.

Ha quedado demostrado que las cosas no pueden quedar como se pretende. Cuando se hace daño a las personas, uno no puede pretender que el paso del tiempo haga olvidar lo sucedido y devuelva las cosas a como estaban con anterioridad. Y menos cuando hay unos sentimientos especiales por el medio. No se puede pretender tampoco, ensuciar el balón, que te lo devuelvan limpio y quejarte porque no te trajeron dos.

Yo no he pedido barro, pero igual lo limpio, porque no me escondo de nadie, y lo que tengo que hacer es demostrar quién soy, mis principios y lo que me importan los demás. Repito que no me escondo de nadie, porque no tengo nada que temer.

Ya no se puede hacer más de lo que se ha hecho. Ya sólo me queda una tirada, y que venga el balón como quiera.


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